¿Qué es la depresión y la distimia? Qué características tiene cada una de ellas y qué grados.
Si crees que tienes depresión o distimia, te aconsejo leer el artículo hasta el final.
Hoy en día, lo que más se recomienda en la bibliografía científica como una ayuda efectiva para las personas con problemas de depresión, tanto si la persona presenta depresión moderada, grave o resistente, es la terapia cognitivo-conductual (TCC). Así, también la terapia interpersonal de Klerman (TIP) puede considerarse una buena opción.
Muchas personas sienten que su estado de salud no es el que les gustaría, algunas dejan pasar los días sin tomar ninguna acción al respecto, haciendo que su calidad de vida empeore día a día.Otras al fin acuden a solicitar ayuda, ya sea a algún familiar, amigo o a su médico. Puede ser que el médico detecte que estos problemas de salud están relacionados con sus pensamientos, se trata entonces poner atención a su salud mental.
¿Por qué ocurre es estado de ánimo deprimido?
Las personas sufren por la interpretación que hacen de los acontecimientos que les suceden, es decir, los pensamientos que tienen acerca de los hechos que viven. No todas las personas se deprimen frente a un mismo hecho traumático, ni todas las personas que han vivido situaciones similares sufren igual, algunas no desarrollarán depresión y otras sí, habiendo vivido experiencias muy parecidas o iguales
Síntomas un episodio depresivo
En los episodios depresivos típicos el enfermo que las padece sufre un humor depresivo, una pérdida de la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas, una disminución de su vitalidad que lleva a una reducción de su nivel de actividad y a un cansancio exagerado, que aparece incluso tras un esfuerzo mínimo. También son manifestaciones de los episodios depresivos:
a) Disminución de la atención y concentración.
b) La pérdida de la confianza en sí mismo y sentimientos de inferioridad.
c) Las ideas de culpa y de ser inútil (incluso en las episodios leves).
d) Una perspectiva sombría del futuro.
e) Los pensamientos y actos suicidas o de autoagresiones.
f) Los trastornos del sueño.
g) Pérdida del apetito.
La depresión del estado de ánimo varía escasamente de un día para otro y no suele responder a cambios ambientales, aunque puede presentar variaciones circadianas características. La presentación clínica puede ser distinta en cada episodio y en cada individuo. Las formas atípicas son particularmente frecuentes en la adolescencia. En algunos casos, la ansiedad, el malestar y la agitación psicomotriz pueden predominar sobre la depresión.
Esta alteración del estado de ánimo puede estar enmascarada por otros síntomas, tales como irritabilidad, consumo excesivo de alcohol, comportamiento histriónico, exacerbación de fobias o síntomas obsesivos preexistentes o por preocupaciones hipocondriacas.
Para el diagnóstico de episodio depresivo de cualquiera, de los tres niveles de gravedad, habitualmente se requiere una duración de al menos dos semanas, aunque períodos más cortos pueden ser aceptados si los síntomas son excepcionalmente graves o de comienzo brusco.
Alguno de los síntomas anteriores pueden ser muy destacados y adquirir un significado clínico especial. Los ejemplos más típicos de estos síntomas “somáticos” son: pérdida del interés o de la capacidad de disfrutar de actividades que anteriormente eran placenteras. Pérdida de reactividad emocional a acontecimientos y circunstancias ambientales placenteras. Despertarse por la mañana dos o más horas antes de lo habitual. Empeoramiento matutino del humor depresivo. Presencia objetiva de inhibición o agitación psicomotrices claras (observadas o referidas por terceras personas). Pérdida marcada de apetito. La pérdida de peso (del orden del 5 % o más del peso corporal en el último mes). Pérdida marcada de la libido. Este síndrome somático habitualmente no se considera presente al menos que cuatro o más de las anteriores características estén definitivamente presentes.
Características de un episodio depresivo leve
Ánimo depresivo, la pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, y el aumento de la fatigabilidad suelen considerarse como los síntomas más típicos de la depresión, y al menos dos de estos tres deben estar presentes para hacer un diagnóstico definitivo, además de al menos dos del resto de los síntomas enumerados anteriormente. Ninguno de los síntomas debe estar presente en un grado intenso. El episodio depresivo debe durar al menos dos semanas.Un enfermo con un episodio depresivo leve, suele encontrarse afectado por los síntomas y tiene alguna dificultad para llevar a cabo su actividad laboral y social, aunque es probable que no las deje por completo.
La depresión puede comenzar cuando hay un cambio en tu vida como un despido laboral
¿Cómo empezar a tomar acción para mejorar la situacion?
Una buena manera de empezar a actuar para mejorar su situación, sería acudir a su médico de cabecera para que pueda facilitarle información sobre la mejor opción para su caso. Una de las acciones que problablemente le va a sugerir, sería empezar por acudir a un psicólogo para que le ayude a mejorar su estado de ánimo y encontrar maneras de hacerle frente a ese estado depresivo que le produce malestar.
Al coger hora con un psicólogo/a empezará a trabajar con él/ella en el del tratamiento psicológico para ayudarle en su problema. Este tratamiento debería incluir una serie de sesiones semanales o quincenales de terapia, que puede ser de enfoque cognitivo conductual, durante el período de tiempo que necesite en cada caso concreto.
El caso de María
Pondremos un ejemplo, el caso de María, una mujer de mediana edad, deprimida por una serie de circunstancias personales y familiares, que llevaba mucho tiempo con estos sentimientos de depresión, pero que nunca se había decidido por acudir a un psicólogo.
María, fue al psicólogo cuando su hijo habló con ella, estaba preocupado por cómo la veía y cogió hora para consultar. Los dos hablaron con el psicólogo y María decició empezar tratamiento psicológico. Se inició su tratamiento con aspectos psicoeducativos sobre la depresión, para que pudiera conocer de una manera exhaustiva y comprensible su trastorno y cómo abordarlo. La terapia de tipo cognitivo se encamina a conocer las creencias disfuncionales que pueda tener la paciente y proponer alternativas más adaptativas así como trabajar con los sentimientos negativos que le generan, explorando los factores que pueden estar generando estas cogniciones y emociones desadaptativas.
Fueron imprescindibles técnicas de activación conductual, para poder abordar el esfuerzo a realizar las tareas de su vida diaria y para que mejorara su estado anímico y sus dificultades para dormir, estableciendo conjuntamente objetivos para realizar actividades diarias. Se le dieron pautas para actuar en su vida familiar, se buscaron conjuntamente actividades de ocio de su interés y ejercicio físico adecuado a sus capacidades, actividades para hacer con sus amigos, todo dentro de sus posibilidades. Debido a los diversos episodios de depresión de la paciente durante toda su vida, se decidió combinar el tratamiento psicológico con el farmacológico.
Al finalizar las sesiones de tratamiento cognitivo conductual se tuvo que tener en cuenta la prevención de posibles recaídas, ya que la paciente ya había tenido episodios anteriores, debía de estarse atentos a la aparición de señales de alerta, para reevaluar, si fuera necesario:
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el diagnóstico (otros trastornos psiquiátricos / nuevos síntomas debidos a enfermedades físicas, hipomanía o manía, adicciones nuevas)
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el riesgo de suicidio
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la aparición de síntomas psicóticos
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la aparición de nuevos síntomas psíquicos como ansiedad, insomnio, desesperanza …
Al haber tenido recurrencia debería valorar la idoneidad de un tratamiento de mantenimiento en su caso, para evitar otras nuevas.
¿Es depresión o distimia?
Otro trastorno del estado de ánimo es la distimia; es un estado de ánimo deprimido durante prácticamente todo el día, al menos, dos años. Durante la distimia pueden aparecer síntomas como: baja autoestima, baja confianza o sentimientos de inadecuación, pesimismo, desesperación o desesperanza. Pérdida de interés o placer, aislamiento social, fatiga o cansancio crónico. Sentimientos de culpa, sensación de irritabilidad, ira excesiva, problemas de concentración y memoria.
Pero para poderlo considerar una distimia, durante los dos años en el que la persona sufre estos síntomas, no pueden existir períodos de más de dos meses en los que no existen los síntomas expuestos anteriormente. Debe ser un periodo muy largo sin que estos síntomas desaparezcan o el estado de ánimo mejore significativamente. Sin esto pasos, probablemente no estaríamos hablando de una distimia.
La edad de inicio en la distimia es diferente a la edad en el trastorno de depresión mayor. En el trastorno de depresión mayor la edad media es hacia los 35 años y en la distimia suele comenzar antes, incluso en de infancia y adolescencia. Si rellena el formulario si deseas cambiar tu vida
Otra diferencia que existe entre la distimia y la depresión mayor es que la distimia no cumple todos los síntomas que debe cumplir la depresión mayor para considerarse como tal, es decir, en la distimia, el listado de síntomas es más reducido que en la depresión.
Es importante tomar acción para que algún profesional pueda valorar estos síntomas y pueda empezar el mejor tratamiento para poder sentirse mejor. Si la persona afectada no da el paso, las personas de su entorno pueden consultar a algún profesional para que les pueda ayudar a afrontar la situación y poder ofrecer la ayuda que la persona deprimida necesita recibir.
Si necesistas ayuda profesional puedes conctactarme aquí.
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